Pedro I Alexéievich nació en Moscú en 1672 y falleció en San Petersburgo; en la espléndida ciudad que él mismo fundó en 1703, en el delta del río Nevá y a través de la cual Rusia tuvo acceso al Báltico y se abrió más a las influencias occidentales.

Éstas son precisamente dos de las principales características del reinado de Pedro I el Grande: la Guerra del Norte (1700-1721) contra Suecia, que entonces dominaba el norte de Europa, y que convirtió a Rusia en una potencia mundial, y la occidentalización y modernización de su país, que emprendió a lo largo de toda su vida.

Pedro I no recibió una educación sistemática, pero frecuentó el barrio de los extranjeros de Moscú, donde entró en contacto con europeos de toda índole. En 1697 y 1698 completó su formación cultural con un viaje por Europa occidental.

A pesar de su enorme estatura, Pedro I tenía una salud delicada. En 1724, el mismo año en que coronó emperatriz a Catalina I, su segunda esposa, mientras navegaba por la costa norte del Golfo de Finlandiay, se lanzó al mar helado para socorrer a un grupo de soldados. Este incidente pudo acentuar sus problemas vesicales y precipitar su muerte, aunque también es cierto que bebía en exceso.

El 8 de febrero de 1725 murió Pedro I el Grande, a los 52 años de edad, el prominente zar de la dinastía Romanov y uno de los más grandes gobernantes de la historia de Rusia. La autopsia confirmó que murió a causa de una infección de la vejiga.

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