La Masacre de Múnich fue un atentado terrorista ocurrido durante los Juegos Olímpicos de 1972 realizados en dicha ciudad alemana. Once miembros del equipo olímpico israelí fueron tomados de rehenes y posteriormente muertos por un comando del grupo terrorista Septiembre Negro,​ una facción de la Organización para la Liberación de Palestina, entonces liderada por Yasser Arafat.

El 4 de Septiembre de 1972, ocho terroristas vestidos con ropa deportiva y llevando pistolas y granadas en bolsos, escalaron la reja de dos metros que rodeaba el complejo y entraron a las habitaciones de los atletas israelíes. Algunos de ellos lograron escapar, pero once de ellos fueron tomados prisioneros. Los terroristas exigieron la liberación de 234 prisioneros encerrados en Israel y de los fundadores de la Fracción del Ejército Rojo encarcelados en Alemania.​

Al ser imposible una solución diplomática, se llevó a cabo un operativo de rescate por parte de la policía alemana. Pero, por falta de coordinación y apoyo, no resultó como se esperaba. Los terroristas asesinaron a los once atletas israelíes y a un oficial de la policía alemana. Cinco de los ocho miembros de Septiembre Negro resultaron muertos. Los tres sobrevivientes fueron detenidos, pero liberados tan solo 53 días después, tras el secuestro de un avión de Lufthansa.

A pesar de lo ocurrido, los Juegos siguieron con total normalidad, después de ser suspendidos por tan solo veinticuatro horas.

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