Algo tan habitual de la democracia de nuestro tiempo como el sufragio femenino es una práctica relativamente reciente. Y es que el primer país del mundo donde las mujeres pudieron ejercer de su derecho al voto fue en Nueva Zelanda en 1893. Tras este Australia continuó con la tendencia en 1902; mientras que la práctica se extendió a Europa empezando por Finlandia en 1906.

Pasarían más de tres décadas hasta que este derecho llegara a América Latina, tras su aprobación en el Reino Unido (1918) y Estados Unidos (1920), entre otros países.

El primer país de América Latina en aprobar el sufragio femenino fue Uruguay. Allí, las mujeres pudieron votar por primera vez el 3 de julio de 1927, en un plebiscito local organizado por la comunidad de Cerro Chato, en el centro del país.

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