El término tsunami, de origen japonés, designa a una ola o grupo de olas de gran energía, producidas cuando tiene lugar un gran desplazamiento vertical de agua oceánica, a causa de fenómenos geológicos.

El 90% son producidos por terremotos en el fondo marino (maremotos), pero también se originan por erupciones volcánicas costeras, caída de meteoritos o desprendimientos de tierra. La zona de mayor riesgo incluye a todos los países costeros e insulares del Pacífico, Índico, Mediterráneo y parte del Atlántico.

El impacto en la costa se percibe a modo de poderosas riadas que arrasan el lugar y producen grandes daños y víctimas, incluso en zonas alejadas, pues los de origen sísmico pueden cruzar el océano y alcanzar la costa opuesta.

Para prevenir los daños, lo más eficaz es disponer de sistemas de vigilancia y alerta, así como adiestrar a la población para que abandone con rapidez la costa.

Algunos tsunamis famosos:

- 1650 a.C, en la isla griega de Santorini, volcánico, pudo influir en la desaparición de la civilización cretense.

- 1755, en Lisboa, originado por un terremoto de magnitud estimada en 8,5. Devastador, con más de 50.000 muertos.

- Diciembre de 2004, sísmico, en Indonesia y otros países del Índico, la mayor catástrofe natural de los últimos tiempos con 300.000 víctimas.

- A escala geológica, la caída de un meteorito en Yucatán, a finales del Mesozoico, pudo provocar tsunamis apocalípticos y ser la causa de una gran extinción biológica.

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