La falacia «post hoc ergo propter hoc» es una forma errónea de razonar concluyendo que existe una relación causal entre sucesos que suceden uno después de otro, sin otra evidencia que esa.

Su esencia consiste en establecer una relación causal falsa entre dos sucesos, por la simple causa de ser uno posterior al otro.

Por ejemplo, un jugador de póquer que antes de abrir una carta la frota contra la mesa, o la gira, piensa que eso tendrá un efecto positivo dándole la carta que él necesita en ese juego. Puede o no existir una relación causal entre los sucesos, pero el hecho de que uno suceda después del otro no es evidencia suficiente para justificar la relación causal.

Otro ejemplo absurdo es el del gallo, que siempre canta antes de que salga el sol. Por lo tanto, siguiendo este razonamiento falaz, uno puede concluir que el canto del gallo provoca que salga el sol, lo que es absolutamente erróneo.

«Post hoc ergo propter hoc» es una expresión latina que significa «después de esto, eso; entonces, a consecuencia de esto, eso». A veces se acorta por «post hoc». «Post hoc» es también llamado correlación coincidente o causalidad falsa.

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