La escultura de Moisés, de Miguel Ángel Buonarroti, fue realizada entre los años 1513 y 1515. Actualmente se encuentra en la basílica de San Pietro in Vincoli, en Roma, Italia. Está hecha de un solo bloque de mármol de Carrara y mide 2,53 metros de alto.

Moisés es una obra hecha en la etapa artística más madura de Miguel Ángel, y a pesar de que el personaje está sentado, el lenguaje corporal, la forma en que sujeta las tablas con los Diez Mandamientos mientras juega con su larga barba y la posición sentada de pasividad, contrasta con su expresión de acción y otorga a la escultura una dimensión más profunda y humana.

Una de las características de la escultura de Moisés son dos protuberancias que salen de su cabeza. Los expertos explican que se debe a un error de San Jerónimo en la traducción de un capítulo del Éxodo de la palabra hebrea “karan” que significa “rayo”, por “keren” que equivale a “cuerno”.

En este texto, Moisés se distingue por tener “karan ohr panav” (un rostro del que emanaban rayos de luz), lo que San Jerónimo tradujo como “cornuta esset facies sua" (su rostro era cornudo).

Miguel Ángel pensaba que de todas sus obras, Moisés era la creación con mayor realismo. La leyenda cuenta que, al terminarlo, golpeó la rodilla derecha de la estatua y le dijo "¿Por qué no me hablas?", sintiendo que la única cosa que faltaba por extraer del mármol era la propia vida. En la rodilla se puede encontrar la marca de Miguel Ángel al golpear a su Moisés.

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