La palma de cera del Quindío (Ceroxylon quindiuense) es una palma nativa de los bosques montañosos húmedos andinos del parque nacional natural Los Nevados, en Colombia.

Fue escogida como árbol nacional de Colombia por la Comisión Preparatoria del III Congreso Sudamericano de Botánica, celebrado en Bogotá en 1952. Fue adoptada oficialmente como árbol nacional mediante la Ley 61 del 16 de septiembre de 1985.

Miles de turistas viajan cada año al Valle de Cocora, para admirar sus imponentes palmas.

Pero incluso en esta región, famosa por sus palmas de cera, los árboles son escasos.

El número de palmas de cera ahí ha disminuido en un 78% desde 1989, por lo que ahora solo quedan unas 2.000 en todo el Valle de Cocora.

El problema es grave, porque las palmas de cera no son solo una atracción turística, sino un componente clave en el ecosistema de la región.

Los frutos que producen estos árboles alimentan a una gran cantidad de insectos, aves y mamíferos. Gran parte del bosque circundante ha sido talado para dar paso al pastoreo de ganado.

Eso es un problema para las semillas de las palmas de cera, ya que corren el riesgo de ser comidas por las vacas.

Así que aunque los árboles vivos estén relativamente sanos, cuando comienzan a descomponerse no hay jóvenes retoños que ocupen su lugar.

Además de en el Valle de Cocora, también se encuentran en Tochecito, una región en la provincia de Valle del Cauca, actualmente pertenece a 40 propietarios privados.

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