Blondi (1941-1945) fue la perra pastor Holandés de Adolf Hitler, regalada en 1941​ por el oficial nazi Martin Bormann.

La perra acompañó a Hitler hasta sus momentos finales en el búnker berlinés. Dormía junto a su amo incluso hasta en aquel lugar en el que ambos compartieron los últimos momentos de sus vidas. Temiendo que fuera maltratada tras su muerte, ordenó que fuera sacrificada poco antes de suicidarse él mismo. Un miembro de las SS envenenó a Blondi, que acompañó a su amo hasta el más allá aquel 30 de abril de 1945.

En marzo o a principios de abril de 1945, Blondi había tenido una camada de cinco cachorros con Harras (el pastor alemán de la arquitecta aelmana Gerdy Troost). Hitler nombró a uno de los cachorros "Wolf", su apodo favorito y el significado de su nombre, Adolf («Lobo noble»)​ y lo entrenó personalmente

Antes de Blondi, Hitler tuvo otras dos perras de raza pastor alemán, madre (nacida en 1926) e hija (nacida en 1930), ambas llamadas Blonda. En algunas fotos de 1930, Blonda (la hija) es incorrectamente etiquetada como Blondi.

Hitler apreciaba a los perros. Como soldado en la Primera Guerra Mundial, Hitler tuvo gran afecto por un fox terrier blanco llamado "Fuchsl". Obtuvo también otro pastor alemán llamado "Prinz" en 1921, durante sus años de pobreza, pero fue obligado a abandonarlo en una perrera. De todas formas, el perro logró escapar y volver con él. Hitler, que adoraba la lealtad y obediencia del perro, desarrolló un gran gusto por la cría

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