En la mitología egipcia Seth es el dios de la guerra, del desierto, la sequía y el caos, su divinidad le permitía controlar las tormentas de arena en el desierto. Varios faraones llevaron su nombre, como Seti I (padre de Ramsés II), Seti II y Sethnajt, durante el Imperio Nuevo.

Se lo suele representar como un animal cuadrúpedo (o bípedo) que resiste de toda clasificación zoológica, indicio de haberse tornado extraño para los egipcios desde los primeros tiempos.​ Posee hocico curvado, orejas rectangulares y cola levantada, o forma humana con cabeza animalesca. Aparece como cerdo, lebrel, asno, orix, cocodrilo, hipopótamo, serpiente y pez, sus animales sagrados. A veces, portaba cetro uas y anj.

En el mito de Osiris, el mito egipcio más importante, Seth es retratado como el usurpador que mató y mutiló a su propio hermano, Osiris, rey mítico del Antiguo Egipto. La esposa de Osiris, Isis, volvió a juntar el cadáver y resucitó a su marido muerto durante el tiempo suficiente para concebir a su hijo y heredero, Horus, quien buscó venganza contra Set. Los mitos describen sus conflictos.

En la antigua astronomía egipcia, Set se asociaba comúnmente con el planeta Mercurio.

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