El zángano es el ejemplar macho de las abejas, fácilmente identificable por tener mayor tamaño que las obreras.

Es habitual utilizar la palabra “zángano” para designar a personas vagas, sin aspiraciones en la vida. Sin embargo, entre las abejas, el zángano juega un papel vital. Estas son las principales funciones que se le atribuyen:

- Fecundar a la reina transmitiendo la mejor información genética, producto de una selección natural basada en una especie de vuelo cortejo que también es competición entre los propios machos. Solo un macho perteneciente a otra colmena puede tener éxito en transmitir sus genes, porque las abejas nodrizas matarán a cualquier cría que sea de la misma familia que la reina.

- Producir calor en la colmena cuando sea necesario. Las crías necesitan mantenerse calientes para sobrevivir, siendo las abejas nodrizas quienes normalmente se encargan de esta tarea. Pero cuando bajan las temperaturas, los zánganos ocupan la celda de la cría con su enorme cuerpo y baten las alas, generando más calor y liberando a las nodrizas para hacer otras tareas.

- Contribuir al equilibrio de la colmena compartiendo el néctar del que ellos mismos se alimentan. Un zángano puede abastecer a unas 50 obreras. Contrariamente a lo que se pueda pensar, los zánganos no acaparan comida innecesariamente, ya que cuando no hay alimento son expulsados de la colmena y mueren. Hay que mencionar que esta distribución de comida contribuye a la elaboración de la preciada miel.

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