Los cangrejos son crustáceos del orden de los decápodos. Se caracterizan por poseer un exoesqueleto compuesto de quitina que actúa como un verdadero caparazón que les protege. Mudan de caparazón cuando aún son jóvenes para poder continuar creciendo. Existen unas 4000 especies.

Poseen cinco pares de patas, de las cuales, una de cada lado, han evolucionado hasta convertirse en pinzas que utilizan para alimentarse, para el cortejo y para defenderse de sus depredadores.

Su tamaño y peso varían mucho dependiendo de la especie, desde el gigantesco cangrejo-araña japonés (Macrocheira kaempferi), que puede llegar a pesar 20 kilos y medir cada una de sus patas 3,7 m, hasta los cangrejos guisantes (Pinnotheres pisum) que apenas alcanza el centímetro de tamaño.

Son animales omnívoros que se alimentan de cualquier materia orgánica que encuentran a su paso como otros crustáceos. Los cangrejos no suelen cazar su propio alimento, sino que esperan a que la marea los arrastre y les provea el alimento. Hay casos de especies, como el cangrejo cocotero (Birgus latro), que son exclusivamente herbívoras.

Los cangrejos habitan a lo largo de todo el planeta. Los hay que son de agua dulce y otros que son de agua salada. Dentro de este último caso, hay algunos que habitan en el fondo del mar y otros que pasan la mayor parte del tiempo en la tierra.

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