La turmalina designa un grupo de minerales de la clase borosilicatos: Existen ejemplares negros, rosas, rojos, azules, verdes y marrones.

Es una de las piedras preciosas y semipreciosas asociadas con la limpieza y protección, al igual que la transformación. Normalmente, se emplea para curar dolencias en el físico, a pesar de que sus aplicaciones son de carácter empírico. De cualquier modo, se piensa que proporciona equilibrio energético gracias a sus estrías paralelas.

La característica principal de las turmalinas es su composición variable. A pesar de ello, tienen la misma estructura cristalina, donde la variante más extendida es la de color negro. Esta también se conoce como catedral y chorro, presentando cristales prismáticos.

Las variedades de turmalina se encuentran en pegmatitas, filones hidrotermales y pneumatolíticos.

Gracias a sus cualidades piezoeléctricas, es un mineral bastante empleado en la industria. La turmalina, en cualquiera de sus variantes, entran en el grupo de silicatos y ciclo silicatos, presentándose en tonalidades en rosa, amarillo, azul, rojo, verde, pardo y negro. Puede estar tanto en el sistema cristalino hexagonal como en el trigonal, encontrándose en el hábito cristalino acicular y prismático.

Posee un nivel de dureza 7 en la escala de Mohs, con fractura de desigual a concoidea y exfoliación nula. Su brillo es vítreo, su raya incolora y la superficie pasa de transparente a translúcida.

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