Sepia, ocre sepia, o pardo sepia es un color marrón oscuro y de saturación débil, que corresponde a la coloración del pigmento obtenido de la tinta de la sepia o jibia, un cefalópodo marino similar al calamar.

Históricamente, para la obtención del pigmento sepia se ha preferido a la sepia común (Sepia officinalis), que se pescaba en el mar Adriático​ y cuya tinta se utilizó al menos desde la antigüedad romana.

La «tinta» de la sepia es una secreción marrón negruzca que el animal retiene en un órgano especial en forma de bolsa. La expulsa en caso de amenaza con el fin de oscurecer el agua y confundir a sus depredadores. Contiene eumelanina pura,​ la cual es muy poco soluble en agua pero no así en alcohol, además, huele intensamente a pescado.

Para obtener el pigmento, tras la pesca de la sepia —cuya carne es comestible— los sacos de tinta se ponen a secar al sol colgados de una cuerda (manera en la que luego es comercializada), y luego se tratan de diversas formas.

El pigmento de tinta de sepia es bastante resistente a la luz y se usa en acuarelas, para veladuras y como tinta. A partir del Renacimiento,​ su uso como tinta de dibujo fue particularmente popular, luego desde fines del siglo XVIII y a principios del siglo XIX desplazó en parte al bistre y a la tinta china como medio para realizar trabajos a la aguada.

La tinta de sepia se usa también en la cocina mediterránea, ya sea a modo de salsa o para colorear la pasta.

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