El curling es un deporte de precisión, similar a los bolos ingleses o a la petanca, que se practica en una pista de hielo. Se compone de dos equipos de cuatro jugadores cada uno.

El objetivo es lanzar ocho piedras de granito de 20 kg cada una sobre un corredor de hielo de 45,5 metros de longitud y 4,75 metros de ancho, hacia una zona marcada, llamada «casa». Por cada piedra dentro de la casa, o más cerca de su centro, el «botón», los equipos consiguen un punto.

Una vez efectuado el lanzamiento, los otros miembros del equipo («sweepers» o barredores), provistos de «brooms» (cepillos), acompañan a cada piedra actuando sobre la superficie de hielo para facilitar su avance o variar su dirección mediante el lijado o fricción de la superficie, pero siempre sin tocar la piedra.

Se cree que el curling apareció por primera vez en la Baja Edad Media (siglos XIV y XV) en Escocia. Las primeras referencias escritas sobre el uso de piedras sobre hielo aparecen en los grabados de la abadía de Paisley en Renfrew que datan de febrero de 1541. Dos pinturas de Pieter Brueghel el Viejo (ambas de 1545) representan imágenes de personas practicando un juego similar al curling.

En la actualidad, se practica sobre todo en Canadá, Norte de Estados Unidos, Norte de Europa y Japón.

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