La batalla de Tucumán fue un enfrentamiento armado librado el 24 y 25 de septiembre de 1812 en las inmediaciones de la ciudad de San Miguel de Tucumán, durante la Segunda expedición auxiliadora al Alto Perú en el curso de la Guerra de la Independencia Argentina. El Ejército del Norte, al mando del general Manuel Belgrano, derrotó a las tropas realistas del brigadier Juan Pío Tristán, que lo doblaban en número, deteniendo el avance realista sobre el noroeste argentino. El triunfo de Tucumán permitió a los rioplatenses o argentinos confirmar los límites de la región bajo su control.

La desaprobación del Triunvirato (gobierno ejecutivo, formado por; Feliciano Chiclana, Manuel de Sarratea y Juan Martín de Pueyrredón) que le recomendaban retorcer a la zona de Córdoba, pero el empuje de los "caudillos locales" fue crucial para seguir adelante con la campaña, y su incursion a la zona de Salta y Jujuy.

Belgrano contó siempre con los apoyos locales de cada región (Guemes, Dorrego, Díaz Vélez, entre otros) que le proporcionaban especialmente los soldados, que no eran más que campesinos e indígenas de la region, grandes conocedores de las zonas y rudos combatientes que aportaron la experiencia en esos terrenos y la tenacidad en el combate.

Aunque el triunfo de Tucumán fue el resultado de un cúmulo de circunstancias imprevistas, le correspondió a Belgrano la gloria de haber ganado una batalla contra toda probabilidad y contra la voluntad del gobierno mismo.

Más información: www.mendoza.edu.ar