Las plantas angiospermas son aquellas que además de tener flores pueden formar frutos. También se conoce que las angiospermas están constituidas por varias características: la presencia de óvulos, el ovario y una compleja polinización llevada a cabo por los animales, las flores de las angiospermas tienen rasgos en común tanto en las monocotiledóneas como en las dicotiledóneas, que son sus subdivisiones en la taxonomía y clasificación de estas plantas.

Estos aspectos particulares son los que crean las diferencias de las gimnospermas

plantas que también son fanerógamas (usan las flores para reproducirse) pero que no tienen las mismas ventajas evolutivas que las angiospermas, como tampoco su morfología, es decir su apariencia.

El ciclo biológico de estas plantas incluso difiere de las gimnospermas, las angiospermas, unisexuales en unos casos y hermafroditas en otros, tienen la peculiaridad de poder dar continuidad a su especie mediante métodos de polinización que cuentan con la asistencia de los animales.

En este sentido, las angiospermas forman auténticos frutos dentro de los cuales hay semillas que a su vez contienen los embriones que perpetuarán la especie a través de un ciclo biológico determinado, en sus aspectos más elementales, las angiospermas están compuestas por: óvulos, ovarios, flores y fruto.

Las flores de las angiospermas tienen diversas partes que conforman su estructura. Éstas son las más importantes: Androceo, gineceo, pedúnculo y pétalos.

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