Normalmente es mal visto que los espectadores se queden dormidos en plena obra de teatro. Sin embargo, en una singular pieza presentada en Londres ocurrió todo lo contrario. ‘Lullaby’ (“canción de cuna” en inglés), realizada en el teatro Barbican de Londres, invitaba al público a dormir durante toda la noche.

Así, si todos los espectadores se quedaban amodorrados en camas acondicionadas, que podían ser de una, dos o tres plazas, significaba que el espectáculo había sido bueno.

Además, para acudir a la obra, que iniciaba normalmente a las 10 de la noche, las personas debían llevar sus pijamas y, si deseaban, los niños también podían portar sus peluches.

Una vez que el público se acomodaba en sus respectivos catres, las luces del escenario se apagaban y se iniciaba el show: los actores salían poco a poco y recitaban cuentos e historias armoniosas con un fondo musical suave hasta que el público se quedaba dormido.

Al día siguiente, las luces se encendían al promediar las 7:30 de la mañana y los espectadores eran invitados a tomar el desayuno antes de retirarse, el cual estaba incluido en la entrada, que costaba unos 66 dólares.

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