A pesar de que no son tan conocidos como otros animales característicos de Sudamérica, los osos de anteojos son los únicos miembros de la familia Ursidae en este continente, y a diferencia de algunos parientes de América del Norte no representan un peligro para los seres humanos.

El oso de anteojos (Tremarctos ornatus), también conocido como oso frontino, oso andino, oso sudamericano, ucumari y jukumari, es la única especie viviente de su género.

Mide entre 1,30 y 1,90 metros de alto, y pesa en promedio entre 80 y 125 kilogramos, siendo el macho más grande que la hembra.

De color uniforme, negro o café negruzco, su pelo es áspero y su nombre deriva de las manchas que tiene alrededor de los ojos, que varía notablemente de un individuo a otro.

Posee cinco dedos con garras largas y curvas no retráctiles, y las plantas de las patas poseen pelos interdigitales que le ayudan a trepar a los árboles.

Son de hábitos diurnos, solitarios, omnívoros, terrestres y trepadores. Su alimentación es predominantemente vegetariana.

Habita en las selvas y yungas andinas desde Venezuela hasta el norte de Argentina.

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