En física, la órbita es la trayectoria descrita por un cuerpo alrededor de otro, en torno al cual gira por acción de una fuerza central, como lo es la fuerza gravitatoria en el caso de los astros celestes.

Se trata de la trayectoria que traza un objeto al moverse en torno a un centro de gravedad por el cual es atraído, en principio sin llegar nunca a impactar con él, pero tampoco a alejarse del todo. Esto último es así porque además de caer hacia el centro de gravedad, el objeto se está desplazando lateralmente.

Es lo mismo que si tuvieras un peso en el extremo de un hilo. Al girarlo, constantemente lo estás atrayendo hacia tu mano, tal como la gravedad del Sol atrae el planeta hacia su interior, pero el movimiento lateral mantiene a la bola girando. Sin ese movimiento lateral, se caería hacia al centro; y sin la atracción hacia el centro, saldría disparada en línea recta, lo cual, por supuesto, es exactamente lo que ocurre si sueltas el hilo.

El concepto moderno de órbita se inicia con la aportación matemática de Johannes Kepler (1571-1630), quien fue el que formuló los resultados en sus tres leyes del movimiento planetario. Isaac Newton luego demostraría que las leyes de Johannes Kepler se derivaban de su teoría de la gravedad.

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