Los cenotes, son depresiones geológicas que se forman a raíz de un proceso natural, y que luego se llenan de agua, los cenotes se encuentran interconectados por túneles subterráneos. Estos túneles de agua les confieren a los cenotes características únicas.

La apariencia de los cenotes es similar a la de un lago o pozo, pero sus aguas se comportan, en realidad, como las de un río, por la corriente continua de las mismas a través de los túneles.

Esto mantiene con vida la flora y la fauna presentes en sus aguas, y también ayuda a que se mantengan las poblaciones de algunas especies completamente endémicas. Sin embargo, su formación no fue un evento que ocurrió al azar de un día para otro, sino que tiene una historia compleja e interesante atrapada entre sus paredes.

Cuando comenzaron a caer las lluvias, después de que ocurriera la última era del hielo, esta lluvia se mezcló con las grandes cantidades de dióxido de carbono que se encontraban en la atmósfera durante ese tiempo.

Esta mezcla dio lugar al ácido carbónico, que se acidificaba aún más al tener contacto con el suelo donde caía. Luego, la mezcla del agua salada con el agua dulce aumentó aún más la agresividad del agua sobre la roca caliza (principalmente), lo que la fue disolviendo de forma paulatina y creando agujeros en ella.

Todo este proceso en el relieve, fue lo que dio lugar a éstos enigmáticos hoyos de agua en las costas de Yucatán, que eran admirados y respetados por la antigua civilización Maya.

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