El castillo de If es una fortificación francesa edificada entre 1527 y 1529 en una pequeña isla del archipiélago de Frioul, en la bahía de Marsella.

Durante casi 400 años el Castillo de If sirvió como prisión, ganándose cierta fama como lugar siniestro e inexpugnable. No es un lugar muy grande, la isla apenas llega a las tres hectáreas, pero en su día llegó a retener cientos de prisioneros.

La vida en If no era fácil. Los prisioneros se hacinaban en las plantas inferiores de las torres, sin apenas comida, agua o luz natural. Sin embargo, por algo de dinero se podía «alquilar» alguna de las plantas superiores, donde tenían chimeneas y ventanas.

Esta fama de prisión dura e infernal hizo que Alejandro Dumas se fijara en el Castillo de If para encerrar a uno de sus personajes más conocidos: Edmundo Dantés, el inmortal protagonista de «El conde de Montecristo».

Allí es donde Dantés es encerrado por un crimen que no cometió tras la traición de Danglars y Villefort y pasa varios años sumido en la más absoluta desesperación. Tras catorce años, realiza una audaz fuga del castillo, convirtiéndose en la primera persona que lo hace y sobrevive.

Hoy en día es una de las atracciones turísticas de la ciudad de Marsella tras varias décadas funcionando como faro. Cientos de viajeros visitan los grandes muros del castillo que, en la ficción, acompañaron a uno de los prisioneros más conocidos de la literatura universal.

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