El hueso parietal es un hueso del cráneo, plano, par, de forma cuadrilátera, con dos caras, interna (endocraneal) y externa (exocraneal), y cuatro bordes con sus respectivos ángulos. El término parietal significa "de la pared".

En el ser humano, se encuentra cubriendo la porción superior y lateral del cráneo, por detrás del frontal, por delante del occipital y montado sobre el temporal y el esfenoides. Ambos huesos parietales se articulan, a través de una línea media: la sutura sagital.

Cada hueso parietal está formado por la osificación endomembranosa de un único primordio mesenquimal fibroso que se desarrolla hacia la mitad del segundo mes de vida fetal.

En otras especies de vertebrados, los huesos parietales suelen formar la parte posterior o central del techo del cráneo, situada detrás de los huesos frontales. En muchos tetrápodos, están bordeados en la parte posterior por un par de huesos postparietales que pueden estar únicamente en el techo del cráneo, o en pendiente hacia abajo para contribuir a la parte posterior del cráneo, dependiendo de la especie.

En los tuátaras (unos reptiles de Nueva Zelanda), y en muchas especies fósiles del mismo género, hay una pequeña abertura, el foramen parietal, que se encuentra entre los dos huesos parietales. Esta apertura es la ubicación de un pequeño tercer ojo en la línea media del cráneo. No es el único animal con dicha abertura, pero en este caso, su ojo parietal está plenamente desarrollado, con retina y cristalino.

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