Patricia Highsmith (1921-1995) fue una novelista estadounidense famosa por sus obras de suspenso. Firmó desde 1950 casi cuarenta libros de ficción en los que predijo la perversidad milenarista.

Si hay un tema que une sus mejores libros es la idea de la mentira como forma de vida. En la era de las noticias falsas y de los hechos alternativos de Donald Trump, la posibilidad de que se pueda construir toda una vida sobre una mentira, y vivirla tranquilamente, resulta especialmente poderosa.

El otro argumento sobre el que pivota la literatura de Highsmith es que el crimen se encuentra escondido en el corazón de la vida cotidiana: cualquiera puede ser un asesino o una víctima. Sus historias no hablan de policías y ladrones, ni sus personajes pertenecen al mundillo de los sospechosos habituales: sus protagonistas son casi siempre seres normales envueltos en un torbellino criminal.

"Extraños en un tren", que Alfred Hitchcock llevó al cine en 1951, reúne esos dos temas: dos personas aparentemente normales se cruzan en un viaje anodino y lo que empieza casi como un juego acaba en una tragedia.

En el caso de Ripley, el amoral y refinado antihéroe creado por la escritora estadounidense, se trata de criminales que logran construir una fachada anodina de respetabilidad. El ciclo de Ripley, publicado de 1954 a 1980, consta de las novelas: "A pleno sol", "La máscara de Ripley", "El amigo americano", "Tras los pasos de Ripley" y "Ripley en peligro". Todas son asombrosas.

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