El crack de 1929 marca el inicio de la Gran Depresión, que dominaría el escenario económico de Estados Unidos y de gran parte de los países del mundo, durante diez años.

La quiebra provocó la ruina de pequeños y grandes inversores, el cierre de empresas y la bancarrota bancaria. Como consecuencia se redujo la producción, lo que conllevó un descenso brusco de la exportación y la eliminación de puestos de trabajo; subieron los tipos de interés, bajó el consumo y se entró en un período de deflación.

Aunque el colapso bursátil duró todo el mes de noviembre siguiente, el "Jueves Negro" fue el primer día del crash de la bolsa. Horas después, el Lunes y el Martes Negro, el pánico se extendería por todo el país. Fue consecuencia de varios factores, quizás el principal fuera la gran especulación bursátil durante los "felices años veinte", ya que los inversores, arrastrados por la bonanza económica del país y la facilidad con que se generaban ganancias a través de inversiones en bolsa, empezaron a perderse en el juego especulativo, donde los aumentos de los valores bursátiles no tenían que ver con los beneficios reales, sino con la expectativa de futuros beneficios.

De este modo, con empresas que cotizaban valores por encima de su producción de beneficios, con empresas ficticias creadas con los beneficios de esos valores hinchados de otras empresas, se creó una gran burbuja que, al estallar, causó una gran crisis mundial.

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