La fibra sintética es una fibra textil que proviene de diversos productos derivados del petróleo.​ Las fibras artificiales no son sintéticos, pues estas proceden de materiales naturales, básicamente celulosa. Algunas veces la expresión «fibras químicas» se utiliza para referirse a las fibras artificiales y a las sintéticas en conjunto, en contraposición a fibras naturales.

Así, las fibras sintéticas son enteramente químicas: tanto la síntesis de la materia prima como la fabricación de la hebra o filamento son producto del ser humano. Con la aparición y desarrollo de las fibras sintéticas la industria textil ha conseguido hilos que satisfacen la demanda que plantean las nuevas técnicas de tejeduría y los consumidores.

​La fibra sintética puede emplearse en la fabricación de textiles, tanto tejidos como no tejidos; por este motivo, es un tema relacionado con el mundo de la moda y de la indumentaria. También tiene usos industriales, como paracaídas, velas de barcos, cordelería, entre otras.

En 1938 se patentó el «nailon» descubierto por los investigadores de DuPont Corporation. Estas fibras se obtienen por policondensación de diamidas y diácidos.

Se trata de fibras resistentes y elásticas, por lo que se suelen mezclar con fibras naturales para darles resistencia. Son termoplásticas y no se tiñen con facilidad.

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